lunes, 24 de septiembre de 2012

Una entrevista

La revista Goitibera Aldizkaria me pidió una entrevista para su nueva publicación, dentro de un dossier elaborado por Iker Fidalgo. Este es resultado:


¿Cómo se conforma el proyecto “cine abierto”?
Este proyecto nace de mi reflexión sobre el cine a partir de mi práctica docente y de cineasta.  Siempre he trabajado en los márgenes de la industria y en abierta oposición a sus cánones mercantiles y espectaculares, pero además he podido ir  constatando de manera cada vez más evidente que la propia industria se encuentra en un callejón sin salida productivo, y que el cine ha cambiado completamente de naturaleza a partir de Internet y las tecnologías digitales. El ámbito “profesional” del cine hace tiempo que ni produce buen cine ni es viable como industria. Todo lo verdaderamente creativo se sitúa en los márgenes de la industria y se difunde por canales alternativos. El cine como acto de creación real solamente se produce y tiene salida en circuitos no convencionales. A partir de esta constatación, Cine Abierto se plantea como un proyecto colectivo en el que queremos reflexionar sobre este hecho a partir de prácticas pedagógicas de reflexión que deriven en producciones audiovisuales, así como en la articulación de nuevos nodos de difusión. De este modo, articulando pedagogía, producción y circulación, apostamos por ir abriendo estas nuevas prácticas fílmicas a nuevos sectores de población que normalmente no tienen contacto con el trabajo fílmico o artístico.




¿Cómo vinculas la producción artística y documental con la función pedagógica que pretendéis realizar?
Para mí, toda la práctica artística y la producción audiovisual en general siempre realizan, de una u otra forma, una “pedagogía de la percepción”, como decía Deleuze con respecto al cine. Pero además considero que ya no hay práctica artística o fílmica a la altura de su tiempo que no esté necesariamente vinculada a procesos sociales de transformación, en los cuales la dimensión de colaboración colectiva se presenta como un dato fundamental, y la pedagogía como un elemento decisivo de estas nuevas formas de colaboración. El arte y el cine más conscientes de sus tareas actuales están necesariamente vinculados, me parece, a diversas funciones pedagógicas. En esta situación contemporánea encuentro una prolongación muy productiva (y una reformulación abierta) de las visiones de, por ejemplo, Joseph Beuys: “todo el mundo es artista y todo arte es pedagogía”.


¿Qué nuevos modelos de creación y gestión cultural están formándose?
Creo que los nuevos modelos culturales que están formándose se articulan esencialmente sobre tres ejes: la vinculación con procesos sociales amplios en los que colaboran profesionales y no profesionales de la cultura, la implicación con nuevas formas económicas que podríamos enmarcar en la categoría amplia y un poco laxa de “economía social”, y la transformación de los “objetos” culturales en procesos colectivos que cuestionan las formas de representación heredadas y apuestan por formas variadas de autoría colectiva.

¿Cuál es el papel del trabajo audiovisual en todo esto?
El papel del audiovisual en todo esto me parece capital porque es un instrumento completamente transversal a todos los procesos culturales. Las matrices lingüísticas y comunicativas de cualquier acción cultural actual son audiovisuales. Por otra parte, las codificaciones publicitarias y espectaculares de lo audiovisual representan una forma extremadamente eficaz de dominación semiótica que viene incrustada en cada elemento tecnológico. Se ha creado la impresión de que ya existe un “lenguaje audiovisual”, y que simplemente debemos utilizar los nuevos artilugios que no dejan de aparecer en el mercado para “hablar” ese lenguaje de manera cada vez más eficaz y espectacular. Eso es completamente falso y además sumamente peligroso. Lo audiovisual solamente es creativo cuando cuestiona los códigos normativos, cuando destruye los clichés y pone en jaque el lenguaje dominante de articulación de las imágenes y los sonidos. Solamente un trabajo persistente y consciente sobre las formas de dominación semiótica que vienen implícitas en estas matrices tecnológicas de programación audiovisual de lo real puede resultar eficaz para hacer que seamos nosotros quienes usemos esos dispositivos para producir nuevas visiones, y no los dispositivos los que hagan uso de nosotros para mostrar aquello que ya viene codificado implícitamente en su configuración operativa y en los canales normativos de circulación.

¿Qué es y qué papel pretende asumir La Caldereria?
La Calderería es un proyecto que nace a partir de nuestra organización en junio de 2011 del encuentro de Arquitecturas Colectivas que llamamos Comboi a la fresca. Leyendo la repercusión en prensa de aquel encuentro, el dueño de una vieja fábrica ubicada en el barrio de Ayora de Valencia nos contactó para que pensáramos en algún proyecto con el que darle salida a su local. Nosotros acabábamos de formalizar nuestro grupo de trabajo (La Coordinadora de Iniciativas Vecinales), y en el encuentro de Comboi a la fresca habíamos estado trabajando el concepto de “masovería urbana”, concepto que decidimos aplicar en esta ocasión. Se trata de una práctica de cesión de un espacio sin contraprestación económica, a cambio de mejoras pactadas en dicho espacio. A partir de este tipo de convenio de cesión de uso de la antigua fábrica, lo que hemos hecho es abrir una convocatoria de proyectos para incorporar a colectivos que quieran sumarse a la construcción conjunta de un Laboratorio de Cultura Emergente y Economía Social.
De modo que la Calderería (cuyo subtítulo es Fábrica de alternativas) es todavía un proyecto en construcción. Hemos recibido muchos proyectos y ahora estamos en la fase de coordinación colectiva de los mismos. Apostamos por nuevos modelos de gestión cultural (de ahí lo de “cultura emergente”) y estamos convencidos de que esos nuevos modelos están de un modo u otro relacionados con las prácticas de la “economía social”. Ahora queda que entre los diversos colectivos involucrados en el proceso encontremos la manera de articularnos y levantar conjuntamente un centro cultural sin más apoyos que nuestros propios medios productivos y la disposición del local en régimen de masovería.


NOTA:
Goitibera Aldizkaria es un medio de comunicación social, educativo, alternativo y complementario creado en 1982 y constituido legalmente como una asociación sin ánimo de lucro que actúa en Bizkaia, Araba, Gipuzkoa y Nafarroa.  Goitibera Aldizkaria quiere erigirse como un referente comunicativo y pedagógico dentro del ámbito social y de la educación activa, integral y transformadora. Es una publicación complementaria, que enmarcada en temas sociales busca provocar, reflexionar, capacitar y  fomentar el pensamiento crítico y ciertos principios solidarios desde una perspectiva educativa tanto a nivel individual como colectivo. 


 

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